Saturday, September 15, 2007

Y... más del ocurrenciario




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CANALLADA CONTRA PERALOCA.

“¿Por qué sería una canallada la salida de Ugalde del IFE?”, pregunta Peraloca Pómex Vieyra en su artículo de Milenio el 30 de agosto. Bueno porque le restaría credibilidad al proceso electoral 2006, lo que redundaría en dejarlo sin argumentos para seguir canturreando loas al gobierno de Perolón. También lo dejaría encuerado en cuanto a su empeñosa tarea (¿profesión?) de atacar a Topes Cobrador.




DALTONISMO, ALZHEIMER Y CEGUERA.

El secretario Pancho Ram y Rez Apuñala sufre de una clase especial de daltonismo: confunde los colores de la enseña nacional y, por otro lado, no recuerda los significados.

Declara que “…el verde la religión; el blanco y el rojo la unión de los mexicanos”. Por una parte confunde el verde con el blanco y por otra se le olvida, ni más ni menos y ante la cercanía de las fiestas patrias, que… ¡la Independencia! (ERAN TRES LAS GARANTÍAS, NO DOS)

También se le olvida que de esa manera fue concebida, pero que hoy vivimos en un Estado laico, por lo que el sentido con el que fue insertado el color blanco -que no el verde- (como religión única, sin tolerancia de otra y de Estado), ha perdido vigencia; a pesar de la ceguera política de don Pancho. Pretende olvidar que existió un tal Benito Juárez y una Reforma.





¿COMO EN LA ANTIGUA URSS?

La Cámara Nacional de la Industria de la Radio y Televisión manifestó que las reformas a la utilización de tiempos en radio y TV destinados a las campañas electorales representaban un regreso a lo que ocurría en la ex URSS. De eso sí se acuerda; pero lo que finge olvidar es que en la URSS, en esos tiempos, ningún dueño de medios se hacía super millonario gracias a una democracia balín como la mexicana.


DE “TEACHER” A “PREACHER”.

Joachim Topes Chóriga Cree que las luchas por la libertad de expresión en Ombligotlán (con su amplia cuota de muertos) se hicieron para poder venderla al mejor postor y así engordar la bolsa de cascarraguianos y chalinianos patrones a cambio de una buena tajada de… migajas. Pareciera que el “ticher” es tan sólo un “pricher” de su jefe.